28 febrero, 2011

Esquiso




Los autores de este libro somos distintos. Muy distintos. En esa disparidad, en ese ejercicio inadecuado de las letras me esgrimo; él parece ser testigo de una aberración, de un completo desorden. Ordena el libro, lo equilibra, le da la sintáxis y la brevedad. Somos concientes de eso. Estamos confundidos. Arbitrariamente cayeron los relatos en un aparato que los unió, les dio un titulo, y sin inhibición lo echó a la calle.
Creo (necesariamente), que en algo coincidimos. Otro (no nosotros ni ustedes) urdió esta trama casi milagrosa.

Esquiso

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