05 octubre, 2009
Epifanía del Rostro del Otro
Soy una persona que busca, ensaya y juega a ensayar. Imagino que todo lo puedo. En lo posible me río de quienes se creen matones y superiores. La rebeldía llegará un día a las nervaduras de mis manos, ¡y ahí estaré!, en un abrir de pétalos, sintiendo el tacto rugoso y la delicada arquitectura de la palabra aprendida. Sólo Dios me enseñará el camino que debo seguir. Sin manuales, sin guías, sin indicaciones, sin rituales, sólo la sorprendente inmensidad de los abrazos. Porque no es tiempo de floraciones, sino de frutos. Naceré entonces dejando atrás el ciclo de otros atardeceres, para cantar los azahares nuevos de mi sereno, humilde y utópico corazón.
Epifanía del Rostro del Otro
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